Con tal de ganar, el despilfarro priista

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En medio de recortes al gasto público federal, de discursos sobre la austeridad presupuestaria, el lunes 6 el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) fijó el tope de gastos de campaña más alto de todo el país y el más elevado en la historia estatal: 285 millones 566 mil 771 pesos “para los partidos políticos, coaliciones y candidatos independientes”, cantidad que se puede duplicar hasta llegar a 550 millones de pesos si se suman las donaciones privadas.

En otras palabras, un candidato a gobernador del Estado de México puede gastar más de 4 millones 759 mil pesos de dinero público en una de las entidades con mayores índices de pobreza y cinturones de miseria del país.

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Los 285 millones de pesos de tope de gastos son equivalentes a la construcción de mil 140 casas de interés social; con ese dinero se podrían adquirir 17 millones 812 mil kilos de frijol a un precio de 16 pesos por kilo, 25 millones 909 mil kilos de arroz o 20 millones 357 mil kilos de tortillas, según un estudio comparativo realizado por el periódico local Alfa Diario.

El IEEM justificó este elevado tope de gastos señalando el tamaño del padrón electoral estatal (11 millones 126 mil electores). Pero esta cantidad también fue resultado de multiplicar 34% del costo unitario por voto (75.46 pesos, el más alto del país) por el número total de ciudadanos del padrón.

Este tope de gastos es superior a los 203 millones 893 mil pesos que el IEEM aprobó para las elecciones de 2011, cuando Eruviel Ávila ganó con 3 millones 18 mil 500 votos (62% de los sufragios), el nivel más alto de una votación priista reciente en el Estado de México; y superior también al tope de gastos de 216 millones 760 mil pesos en 2005, cuando Enrique Peña Nieto ganó la elección para gobernador con 1 millón 800 mil votos (47.58% de los sufragios).

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Para Rubén Islas, exconsejero electoral del PRD en dos ocasiones y conocedor de la maquinaria priista en el Estado de México, este elevado tope “lo que está reflejando es el nivel del miedo frente a la posible derrota del candidato priista” Alfredo del Mazo Maza.

“Es tal su miedo a perder que le van a meter todo el dinero del mundo. Y no tienen plan B. Ellos lo que quieren es ganar. No va a ser Josefina Vázquez Mota (la candidata del PAN). Eso es un cuento chino. La candidatura de Alfredo del Mazo es la candidatura de la sangre real del Grupo Atlacomulco. No van a permitir que la dinastía pierda. Además, si perdieran tendría un doble sentido simbólico, porque pierde el PRI y pierde la dinastía”, abunda Islas.

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“La elección en el Estado de México es un asunto familiar. Por eso Carolina Monroy del Mazo (prima del actual candidato) salió de la estructura del PRI nacional y está operando para controlar una parte de la campaña. Es un cierre de filas frente al desastre que ven venir”, recalca el actual asesor de la bancada del PRD en el Senado.

–¿Temen que el gobierno de Eruviel Ávila no les garantice el triunfo?

–Eruviel Ávila ya pataleó todo lo que podía porque su candidata era Ana Lilia Herrera, pero él ya no va a hacer más, no tiene elementos para negociar. Creo que él inventó esta candidatura independiente de Isidro Pastor (exdirigente priista estatal durante el gobierno de Arturo Montiel), pero también puede ocurrir que decline a favor de Del Mazo después de que haya una negociación.

Islas hace las cuentas generales de los votos priistas: “Si todo sale bien, la estructura priista les garantiza tener 2 millones de votos, suficientes para ganar. Difícilmente lograrán los 3 millones de votos que tuvo Eruviel Ávila en 2011, pero si tienen menos de 2 millones será muy difícil. A esto se suma el debilitamiento del gobierno federal de Peña Nieto, aunque Eruviel no sea un gobernador con tan bajos índices de aprobación como los de Peña Nieto”.

Profesor de filosofía y derecho, Islas subraya que para la cultura del Grupo Atla­comulco siempre opera esta máxima de Carlos Hank González: “Nada que se pueda comprar es caro en política”.

Frente al enorme dispendio que se prevé en la campaña electoral de este 2017, el representante del PAN ante el IEEM, Alfonso Bravo Álvarez Malo, rechazó este tope y consideró que “es un insulto para la ciudadanía”, mientras que la candidata de Morena, Delfina Gómez, pidió reducirlo a la mitad.

Alfredo del Mazo no se ha pronunciado sobre estos topes de gastos. Su proselitismo es intenso y ya ubicó como su adversario principal al dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien acusó, en entrevista con El Universal, de querer convertir al Estado de México en “un botín político”.

Sobre Josefina Vázquez Mota, excandidata presidencial del PAN en 2012 y ahora aspirante a gobernadora, Del Mazo ha afirmado que Acción Nacional “probablemente” esté fracturado, porque su nombramiento fue “una imposición”.

Del Mazo, exalcalde de Huixquilucan, aspiró a ser candidato a gobernador en 2011. De hecho, Peña Nieto, su primo, ya había decidido a favor de él en marzo de ese año. La amenaza de una desbandada de priistas que siguieran a Eruviel Ávila, entonces alcalde de Ecatepec, así como las presiones del exgobernador Arturo Montiel y el miedo a perder el Estado de México en vísperas de la campaña presidencial de 2012 obligaron a Peña Nieto a recular y bajar de la contienda a Del Mazo.

Autoridad electoral ciega

En una extensa entrevista sobre el fenómeno del gasto electoral en el Estado de México, Islas recalca que “el verdadero punto fino del gasto es la desviación de recursos del erario estatal a favor del candidato del PRI.

“Esto se hizo, porque a mí me consta, durante la campaña de Enrique Peña Nieto en 2005, pero también en la de Eruviel Ávila y lo harán ahora con Alfredo del Mazo. Toda la estructura del gobierno estatal se involucra en la campaña”, reflexionó.

–¿Cómo hacen para tener los 2 millones de votos seguros para el PRI?

–Dividen al Estado de México en cuarteles o zonas electorales. Esto lo inventaron desde que fue gobernador Ignacio Pichardo. Cada integrante del gabinete del gobierno estatal se vuelve un activista de la campaña del PRI, le encargan una zona y debe ganar. El secretario o titular del gabinete no va solo, sino que lleva consigo toda la estructura de la secretaría a hacer trabajo político.

“La farsa está en que el secretario de Estado dice que está realizando una gira de trabajo, pero en realidad está viendo cómo está la estructura priista calibrada: la representación en casillas, los activistas del voto, el reparto de despensas, los padrones de programas sociales, y esto les permite saber cuántos votos van a tener.”