Autoridades del centro penitenciario les permitieron ingresar artículos de limpieza personal básicos para sus internos.
TIJUANA, Baja California.- Largos han sido los días de los familiares de los transportistas que fueron arrestados y golpeados por elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) durante la manifestación en la 5 y 10; sin embargo, no todos los acusados participaron en la riña.
De acuerdo con la ciudadana Petrona Jiménez, ella y su hermano Alonso Jiménez llevaban alrededor de 20 días en Tijuana, puesto que venían de Chiapas, y durante la movilización, el masculino fue detenido con violencia cuando se disponía a dirigirse a su trabajo en un comercio de venta de uniformes de la zona.
“Me dijo la jefa de su trabajo que no había llegado ese día, ahí fue cuando me preocupé y me dijeron que lo habían agarrado. Fui a ver donde lo tenían y estaba golpeado y tenía hinchado todo el brazo. Él no habla muy bien el español, porque tenemos nuestro dialecto”.
Este no fue el único caso de una persona detenida sin deberla ni temerla. Así lo expresó la ciudadana Ana María Luna López, madre de uno de los arrestados y quien pudo conversar con su hijo después de que lo metieron al interior de la patrulla. Él le narró cómo los oficiales actuaron en su contra de manera agresiva.
“Un policía le pegó un macanazo en su parte íntima, y pues yo pienso que ahí lo dobló y lo subieron. Él no es taxista ni nada, es un ciudadano y ya”, declaró Ana María.
Por su parte, Karina, esposa de uno de los transportistas arrestados, manifestó que lo más complicado durante las últimas semanas ha sido no tener la certeza de poder decirle a sus cuatro hijos cuándo volverá su padre y el sustento del hogar.
“Todas las tardes, mis niños se acercan y me preguntan por su papá, porque era la hora a la que él llegaba, y como les explico que no va a llegar y que no sé en qué tiempo llega, es muy doloroso. Porque ahora soy yo la que tengo que sacar a mis hijos adelante, es muy duro”, aseveró.
Después de varias semanas, los ciudadanos indicaron que únicamente han tenido acercamientos por parte de un comandante del Centro de Reinserción Social Tijuana, el cual les permitió ingresar productos de higiene básicos, ropa y dinero. Esto después de reunirse a las afueras de la penitenciaría. Sin embargo, a pesar de las constantes exigencias y llamados que han hecho al gobierno de Marina del Pilar, la certeza de que volverán a ver a sus padres, hermanos e hijos sigue siendo una incógnita.
Con información de Alan Ramírez
