Tras el abrupto despido de Rex Tillerson como secretaria de Estado de EEUU fue vista en el extranjero como un endurecimiento de la política estadounidense de Donald Trump, un serio golpe para el futuro del acuerdo nuclear de Irán y un posible presagio de una guerra comercial en toda regla con el Unión Europea.
En sus breves comentarios sobre la destitución de Tillerson, Trump mencionó desacuerdos sobre Irán.
El presidente de EEUU no ha ocultado su disgusto por el acuerdo multilateral de 2015, conocido como el Plan Integral de Acción Conjunto, que impuso restricciones estrictas al programa nuclear iraní a cambio de sanciones. Tillerson, por el contrario, había argumentado constantemente que Estados Unidos debería mantenerse en sintonía con los aliados europeos y apoyar el acuerdo.
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, tuiteó: “El señor Trump ha hecho que el hábito sea impredecible y, por lo tanto, poco confiable para cualquiera. Nadie estará interesado en llegar a ningún acuerdo con la Casa Blanca si la firma de los Estados Unidos solo es válida durante 4-8 años “.
Federica Mogherini, la jefa de asuntos exteriores de la UE, también se pondrá nerviosa ante el probable impacto del despido de Tillerson sobre el acuerdo con Irán.
Francia, Alemania y el Reino Unido han estado bajo la implacable presión de los EE. UU. Y del Golfo para romper el acuerdo, o al menos agregar tratados complementarios, que cubran el programa de misiles balísticos iraníes.
Aunque Francia y el Reino Unido están de acuerdo con los Estados Unidos en los misiles balísticos iraníes, la UE defiende el acuerdo general no solo como una contribución exitosa al desarme nuclear, sino como un símbolo del multilateralismo en acción.
El sucesor de Tillerson, Mike Pompeo, ha criticado el acuerdo con Irán. En su año al mando de la CIA, Pompeo aprobó nuevas autoridades para atacar a los líderes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán a través de operaciones de inteligencia.
En Alemania, los políticos expresaron sus temores de que la partida de Tillerson revele que Trump está decidido a librar una guerra comercial a gran escala con la UE, un movimiento al que Tillerson, un ex empresario, se había opuesto.
Con información de The Guardian
