
El riesgo de extorsión por parte de los elementos a cargo de las aduanas mexicanas y de los policías municipales
La buena noticia es que la frontera está blindada para evitar que drogas tan nocivas como el fentanilo lleguen vía garitas de Tijuana a territorio estadounidense. Para ello, diversas dependencias han instalado módulos de revisión previo a las casetas operadas por elementos de Custom and Border Protection (CBP).
La mala es que estos operativos, sumados a la corrupción aduanal que impera en las garitas de San Ysidro y Otay sufren tanto extranjeros como connacionales, están ahuyentando a turistas y pacientes del cluster médico que temen ser objeto de la extorsión.
Algunos de ellos han optado por dejar sus vehículos en los estacionamientos de San Ysidro y cruzar a pie para evitarse problemas como los de las largas filas para internarse a territorio nacional, las largas filas para volver a Estados Unidos, la doble revisión de que son objeto y hasta el riesgo de extorsión por parte de los elementos a cargo de las aduanas mexicanas y de los policías municipales que con ver placas de California se soban las manos de gusto.
Con un escenario fronterizo tan complicado como el que inició desde el pasado 20 de enero, Tijuana ni cualquier otra ciudad fronteriza se merecen elementos que en su desempeño desde cualquier dependencia o corporación, ensucien su imagen.
Bastante tenemos con la basura que inunda nuestras calles, particularmente el centro y la zona este de la ciudad, bastante tenemos con recibir a los visitantes, mexicoamericanos o anglosajones que a lo largo de la calle Tercera -esa por la que desemboca quien conduce desde la garita de El Chaparral-, se encuentran con una disfrazada venta de droga y que en los últimos meses ha sido escenario de al menos cuatro asesinatos.
Bien por las medidas de la presidente Claudia Sheinbaum que fortalecen la seguridad en las fronteras. Bien por Donald Trump que advierte que no tratará con gobiernos cómplices de los grupos criminales que no solo trafican drogas sino también con seres humanos y que hasta controlan buena parte del territorio nacional. Pero que a ello se sume una conducta íntegra de los elementos militares, de la Guardia Nacional, de los agentes de la Fiscalía General de al República, de Aduanas mexicana, de la Policía Municipal, bueno hasta de los “minions” esos auxiliares viales que cobran por meterse en la línea a los automovilistas o aquellos que hicieron negocio con los pases médicos.
Mal para el ciudadano, por el profesional del área médica que con estos obstáculos, ve que en Estados Unidos hay terror por venir a Tijuana.