Theresa May está bajo una creciente presión de ambas partes de su propio partido para ofrecer más claridad en público sobre su postura sobreel Brexit, o enfrentar el creciente riesgo de un voto de no confianza.
Fuentes de Downing Street han confirmado que, en lugar de establecer una nueva visión del Brexit en la primavera, como algunos colegas habían esperado, May hará un discurso más limitado sobre la cooperación en seguridad en una conferencia en Munich el próximo mes.
Con los diputados pro-Brexit en abierta revuelta, los conservadores de alto rango advierten que a menos que la primera ministra ejerza un liderazgo más firme sobre el tema, podría ser depuesta.
“Ella es tan vulnerable como lo ha estado alguna vez”, le dijo un whig a The Guardian. “Ella tiene que tomar una decisión”.
Los parlamentarios pro-UE se alarmaron por la muestra de fortaleza de los euroescépticos la semana pasada, en la que Downing Street renegó de las declaraciones de Philip Hammond de que las economías del Reino Unido y la UE deberían divergir solo “muy modestamente” después del Brexit.
Los partidarios del Brexit apoyaron a la primera ministra tras las elecciones generales del año pasado, temiendo que cualquier candidato alternativo pudiera abandonar sus promesas de abandonar el mercado único y la unión aduanera.
Pero se han vuelto cada vez más vocales en las últimas semanas en medio de temores de que el enfoque del gobierno se está suavizando. Ambas partes están frustradas con la aparente falta de voluntad de la primera ministra para exponer su postura con más detalle.
La ex secretaria de Irlanda del Norte, Theresa Villiers, se convirtió en la última en salir a bolsa este fin de semana, utilizando un artículo en el Sunday Telegraph para advertir que Gran Bretaña corre el riesgo de permanecer a la UE “en todo menos en el nombre”.
“Desde que la primera ministra presentó una visión audaz en su discurso de Lancaster House, la dirección de viaje parece haber ido en una sola dirección: hacia una dilución de Brexit.
“Si el gobierno va mucho más allá en ese camino, existe un peligro real de que se suscriba a un acuerdo que podría mantenernos en la UE en todo menos en el nombre, y que por lo tanto no respetaría el resultado del referéndum”, dijo Villiers.
Con información de The Guardian
