Theresa May convocó a su gabinete a una reunión de emergencia el miércoles por la tarde para firmar su tan esperado acuerdo final por el Brexit, lo que provocó que los partidarios del Brexit pidieran a los ministros principales que se levantaran y lo bloquearan.
La reunión crítica es la culminación de meses de negociaciones y verá a los ministros principales de May considerar si pueden respaldar personalmente el acuerdo que la primera ministra ha podido alcanzar.
Los ministros fueron convocados al No 10 de Downing Street en la tarde y algunos se reunieron individualmente con May o su jefe de personal, Gavin Barwell. Se les dio la oportunidad de leer los documentos clave, aunque no se les permitió llevar ningún documento a casa. Se esperaba que otras reuniones individuales tuvieran lugar el miércoles.
“El gabinete se reunirá mañana a las 2 pm para considerar el borrador del acuerdo que los equipos de negociación han alcanzado en Bruselas, y decidir los próximos pasos”, confirmó un portavoz del No 10. “Los ministros del gabinete han sido invitados a leer la documentación antes de esa reunión”.
Los elementos clave del acuerdo comenzaron a filtrarse en la tarde. Se entendió que el Reino Unido había acordado que un comité de arbitraje independiente juzgaría cuándo podría terminarse un servicio de aduanas en todo el Reino Unido, compuesto por un número igual de representantes británicos y de la UE más un elemento independiente.
Habrá una revisión en julio de 2019, agregaron fuentes de Bruselas, seis meses antes del final del período de transición, en el que se determinará si el Reino Unido está listo para pasar a un acuerdo de libre comercio; transferir al respaldo o extender el período de transición, posiblemente por un año hasta 2021.
Se esperaba que los ministros estudiaran los elementos específicos de Irlanda del Norte en el acuerdo de respaldo. No 10 fuentes insistieron en que la región no sería tratada de manera diferente en términos de aduanas, aunque las fuentes de Bruselas dijeron que Irlanda del Norte tendría un estatus especial de respaldo en términos de unión aduanera y mercado único.
Los Brexiters duros reaccionaron de manera negativa al posible acuerdo e indicaron que tenían la intención de votar en contra si llegaba al parlamento. Jacob Rees-Mogg, presidente del Grupo de Investigación Europeo, dijo: “Espero que el gabinete lo bloquee o, si no, el parlamento lo bloquee”.
Boris Johnson, quien renunció como secretario de Relaciones Exteriores, dijo que creía que el acuerdo era “cosas del estado vasallo”. Dijo que el Reino Unido estaría sujeto a las leyes sobre las que no tenía voz, lo que era “absolutamente inaceptable”.
Con información de The Guardian
