Los presuntos autores de una masacre en dos mezquitas de Nueva Zelanda mostraron símbolos asociados con supremacistas blancos durante el tiroteo que mató a 49 personas y provocó una mayor seguridad en las mezquitas de todo el mundo.
El ataque en Christchurch, el peor tiroteo masivo en la historia de la nación, hizo añicos la ilusión de que Nueva Zelanda era uno de los pocos países más allá del alcance del terrorismo mundial.
La carnicería, descrita por la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, como uno de sus “días más oscuros”, provocó oraciones y vigilias en todo el mundo, y se permitió la repulsión de las imágenes en vivo de la atrocidad en las redes sociales.
Christchurch se cerró cuando el nivel de amenaza a la seguridad del país se elevó de bajo a alto. Se advirtió a las mezquitas de Nueva Zelanda y de otros países que estuvieran vigilantes.
En el Reino Unido y los Estados Unidos, la policía intensificó las patrullas en áreas con grandes poblaciones musulmanas y alrededor de lugares de culto en respuesta directa al ataque.
En respuesta al ataque del viernes, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que había una necesidad urgente de abordar la islamofobia en todo el mundo.
Un hombre de unos 20 años aparecerá en la corte en Christchurch el sábado por la mañana, acusado de asesinato. La policía no lo nombró a él ni a otros dos sospechosos que estaban siendo interrogados, pero Brenton Tarrant, un australiano de 28 años, se identificó a sí mismo como responsable del ataque.
Algunos testigos criticaron a los servicios de emergencia por ser lentos en responder al tiroteo, afirmando que la policía tardó hasta 20 minutos en llegar a la escena en la ciudad más grande de la isla sur del país.
El ataque, lanzado durante las oraciones del viernes cuando ambas mezquitas estaban llenas, fue transmitido en vivo a través de una cámara atada al perpetrador.
Imágenes horribles de derramamiento de sangre y personas que intentaban desesperadamente evadir al hombre armado fueron copiadas y compartidas en sitios de redes sociales como YouTube, Facebook y Twitter, que lucharon por eliminar las imágenes. Las principales organizaciones de medios fueron criticadas por alojar clips.
El hombre armado llegó a la mezquita de Al Noor a la 1.40 pm, abriendo fuego contra unas 400 personas. Mató a 41 personas antes de conducir cuatro millas hasta el Centro Islámico de Linwood, donde otras siete personas murieron por disparos. Una de las 48 personas heridas en los ataques murió posteriormente en el hospital. Se llamó a un equipo de desactivación de bombas para desmantelar los dispositivos explosivos encontrados en un automóvil detenido.
