El estado de Puebla registró más grifos ilegales en sus oleoductos que cualquier otro estado en los primeros cuatro meses de 2018, mientras que su tasa de homicidios también se ha disparado bruscamente este año en comparación con 2017.
Las autoridades detectaron 801 perforaciones ilegales de ductos pertenecientes a Pemex en Puebla entre enero y abril, un 32% más que en Hidalgo, donde se encontraron 606.
Guanajuato registró el tercer mayor número de grifos con 563 seguido de Veracruz con 551; Jalisco con 481; Tamaulipas con 462; y el estado de México con 418.
El aumento en el robo de petróleo ha estado acompañado por enfrentamientos más frecuentes entre pandillas de ladrones de combustible conocidos como huachicoleros, y autoridades de seguridad, que han contribuido a la escalada de homicidios.
Hubo 464 investigaciones de homicidios en Puebla entre enero y mayo, un aumento del 41% sobre el número de casos reportados en el mismo período de 2017.
Los 104 homicidios intencionales reportados en abril hacen que ese mes sea el más violento que ha experimentado el estado desde que el Sistema Nacional de Seguridad Pública comenzó a mantener estadísticas comparables en 1997.
Entre los asesinatos relacionados con el robo de petróleo se encuentran los homicidios del 15 de junio de seis policías municipales en la comunidad de San Salvador Chachapa, ubicada a unos 20 kilómetros al este de la capital del estado, por civiles armados sospechosos de ser huachicoleros.
También ha habido un aumento en los homicidios relacionados con el robo de combustible en la región norte de la sierra de Puebla que limita con Veracruz donde, según fuentes del ejército, los huachicoleros de este último controlan la actividad ilícita.
Un oleoducto de 304 kilómetros de largo que transporta gasolina, diesel y otros combustibles entre Tuxpan, Veracruz, y la refinería Pemex en Tula, Hidalgo, atraviesa la región de la sierra.
La petrolera estatal aumentó su gasto en seguridad en un 42% en los primeros tres meses del año y ha seguido implementando una estrategia conjunta con la oficina del Fiscal General, las fuerzas militares, las autoridades estatales y la Administración Tributaria Federal para combatir el robo de petróleo.
Pero a pesar de los esfuerzos, la prevalencia del crimen no ha disminuido.
El gerente general de Pemex, Carlos Treviño, dijo en abril que el robo de combustible le cuesta a la compañía 30 mil millones de pesos al año y que algunos de los cárteles de la droga mexicanos se trasladaron al lucrativo mercado.
Con información de The Guardian
