Fue torturada en una cárcel de Tamaulipas por Los Zetas; hoy cuenta su historia

CIUDAD DE MÉXICO, México.- Norma Mendoza fue detenida injustamente en noviembre 2011, cuando viajó junto a un pretendiente a Nuevo Laredo, Tamaulipas. A pesar de las advertencias de su madre, que le decía que no fuera, Norma decidió hacer el viaje de fin de semana.

El hombre con quien viajaba era José Manuel, juntos se hospedaron en un hotel donde también estaba alojado un amigo de él, de nombre Ricardo. Norma recuerda que cuando salió de su habitación y pasó por la alberca, un grupo de hombres la invitaron a pasar el rato con ellos. Ella se negó.

- Publicidad-

Al día siguiente, Juan Manuel, Ricardo y Norma fueron detenidos por los hombres que estaban en la piscina, quienes estaban uniformados y armados, al parecer eran militares. Norma estuvo en el lugar y el momento equivocado, se le acusó de ser espía del crimen organizado y mandada a una prisión donde la torturaron integrantes del cártel de Los Zetas casi hasta matarla.

En entrevista para Efe, Norma Mendoza, madre de cuatro hijos, cuenta cómo fue su experiencia en la cárcel, de donde salió sólo porque pensaron que estaba muerta. En 2012, meses después de su captura, se convirtió en la primera mujer mexicana certificada por el Protocolo de Estambul; se confirmó que había sufrido tortura en una prisión de Nuevo Laredo por ser acusada de un falso delito por parte del mismo Ejército Mexicano.

Durante ocho días, Norma sufrió tortura y abusos sexuales: “A diversas horas del día me golpeaban. Querían que les confesara que yo era parte del Cártel del Golfo”, dice.

- Publicidad -

Los trabajadores de Los Zetas la golpearon con tandas de 15 “tablazos” en la espalda, glúteos y piernas, no le daban comida ni agua, las propias internas eran cómplices también: “Me arrancaron las uñas, me quemaban el cuerpo con cigarrillos”, cuenta Norma.

En su octavo día presea, una mujer le brincó sobre su estómago, lo que hizo que vomitará sangre hasta desmayarse. Los internos la dieron por muerta, por lo que al noveno día la sacaron en un vehículo rumbo a la morgue.

- Publicidad -

Por un leve quejido se dieron cuenta que aún tenía vida, los custodios la llevaron a la clínica del doctor de la cárcel, para luego trasladarla al Hospital General de Nuevo Laredo, donde le practicaron 14 cirugías.

Norma tenía varias hemorragias internas, la vesícula rota, el cerebro inflamado, la mitad del hígado inservible y varias costillas rotas. Logró vivir. Hoy cuenta su historia con dolor y lágrimas en los ojos. Años después, vive con sus hijos y sus padres, además tiene una nueva pareja sentimental.

Con información de Sin Embargo