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Tragedia escolar

Ciudad sin dinero

Este hecho debe despertar inquietud en cualquier parte de la República, Baja California incluida

La muerte de un alumno en un plantel de bachillerato a manos de otro estudiante en la ciudad de México, es una tragedia que debe alertar a toda la comunidad estudiantil del país, así como a padres de familia y maestros para que no dejen pasar por alto las primeras señales que adviertan sobre una tragedia.
Los hechos ocurrieron en el plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades de la Ciudad de México, la red de bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde un alumno identificado como Lex Ashton atacó a un estudiante ni más ni menos que con una guadaña, e hirió a un trabajador que intentó detenerlo.
No estamos hablando de una navaja ni de un cuchillo que el alumno ocultara entre sus ropas, sino de una guadaña, ese instrumento que ha sido incorporada por la cultura popular como la herramienta que porta la muerte, pero que en realidad es una herramienta de labranza que no es fácil de esconder.
El atacante, con el rostro cubierto por un cubrebocas o máscara con dibujos de cráneo, fue descrito como víctima de bullyng o acoso escolar por sus condiscípulos, quienes hoy exigen mayores controles y hasta arcos detectores de metales en las puertas del CCH Sur.
Aquí cabe destacar que este plantel del bachillerato de la UNAM está ubicado en una zona privilegiada de la ciudad, por lo que no queremos ni imaginar lo que podría ocurrir en los otros planteles llamados Oriente, Poniente o Azcapotzalco donde los niveles de marginación pero también lo de violencia, son aún más elevados.
Este hecho debe despertar inquietud en cualquier parte de la República, Baja California incluida, donde prácticas como el bullyng, el acoso escolar, la indiferencia de maestros, directores, prefectos y en general de los empleados a cargo del orden en aulas y patios, se ha traducido en niños sin vida y menores violados.
Tomemos como referente esos lamentables hechos para que en nuestra entidad no se repitan casos similares, pues también son frecuentes los hallazgos de armas blancas y de fuego en manos de alumnos para quienes acudir armados a sus escuelas se ha convertido en práctica cotidiana.
Que no se sorprendan las autoridades educativas del gobierno de Baja California si una desgracia ocurre y no digan que no fueron advertidos.