CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el inicio del nuevo mandato de Donald Trump, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha autorizado el ingreso de 309 militares estadounidenses a México, con fines de adiestramiento y cooperación bilateral en materia de seguridad, en su mayoría provenientes del Comando Norte.
Senado aprueba por unanimidad presencia militar
A través de seis solicitudes enviadas por el Ejecutivo al Senado, la administración federal ha permitido la entrada de tropas, aviones, helicópteros, buques y equipo táctico de Estados Unidos para realizar ejercicios conjuntos. Las solicitudes han sido aprobadas por unanimidad, incluso por parte de la oposición, que no ha objetado su contenido.
Senadores de Morena y aliados han defendido estas colaboraciones argumentando que “refuerzan la soberanía” y profesionalizan a las fuerzas armadas mexicanas, mientras se mantienen esfuerzos para frenar el tráfico de fentanilo y combatir al crimen organizado.
Ejercicios militares y cooperación binacional
Uno de los ejercicios más relevantes fue el Ejercicio Bilateral Anfibio FÉNIX 2025, realizado entre el 24 de marzo y el 23 de abril en Isla Santa Margarita, Baja California Sur, con la participación de 155 infantes de marina del Comando Norte. Estos ingresaron con armamento, municiones y vehículos para operar junto a la Armada de México.
En febrero, otros 10 elementos del Ejército de EE. UU. participaron en maniobras en San Luis Carpizo, Campeche, mientras que 11 más se entrenaron con la Sedena en Temamatla, Estado de México, y Santa Gertrudis, Chihuahua.
Incidentes de vigilancia aérea sin objeciones públicas
Pese a que la Fuerza Aérea Mexicana ha detectado sobrevolar el país a aeronaves espía estadounidenses, supuestamente dedicadas a la intervención de comunicaciones del narco, estas incursiones no han generado reclamos diplomáticos ni parlamentarios visibles, lo que sugiere un respaldo tácito o pragmático del gobierno de México a estas acciones de inteligencia.
