Donald Trump se está acercando más al uso de los poderes de emergencia para obtener $ 5.7 mil millones para ayudar a construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, se informó el jueves.
El presidente aún está presumiendo de la derrota más grande de su presidencia, un cierre parcial del gobierno debido a los fondos del muro que se prolongó durante un récord de 35 días, despidió a cientos de miles de trabajadores u obligó a otros a trabajar sin paga. Y lo dejó con las manos vacías.
Trump finalmente firmó un acuerdo de tres semanas para reabrir el gobierno, pero amenazó con declarar una emergencia nacional y omitir al Congreso si no logra llegar a un acuerdo, y ahora está haciendo planes en caso de que él realice esa amenaza.
Hasta ahora, las negociaciones no han llegado a ninguna parte, ya que los demócratas, con un mayor poder en la Cámara de Representantes después de las elecciones de mediados de noviembre, se niegan a financiar el largo muro prometido por Trump.
“El martes, Trump se reunió con su jefe de presupuesto, el jefe interino de personal Mick Mulvaney, Jared Kushner y otros altos funcionarios, incluidos los abogados de la Casa Blanca, para analizar la logística de tal movimiento”, informó Político. “Y los asesores de la Casa Blanca se han estado reuniendo silenciosamente con grupos políticos conservadores externos para obtener apoyo para que el presidente tome tal acción. Esos puntos de discusión, que enfatizan la autoridad legal de Trump, han comenzado a aparecer en medios de comunicación tan conservadores como Breitbart News “.
Una emergencia nacional permitiría a Trump tomar los fondos existentes asignados por el Congreso para otros propósitos, por ejemplo, el presupuesto militar del Pentágono y el dinero de ayuda para desastres. Existe una oposición bipartidista a una medida tan radical, típicamente reservada para tiempos de guerra, ataques terroristas como el 11-S o emergencias de salud.
Tal movimiento casi seguramente provocaría un desafío legal. Incluso el propio partido republicano de Trump advirtió que sentaría un precedente peligroso, alentando a cualquier futuro presidente demócrata a usar los poderes de emergencia para sus propias prioridades, como el cambio climático o la atención médica.
