Donald Trump canceló su visita a Gran Bretaña el próximo mes para abrir la nueva embajada de Estados Unidos en Londres, en medio de temores a protestas masivas.
El presidente afirmó en Twitter que la razón para suspender el viaje fue su descontento con Barack Obama, que vendió la actual embajada por “cacahuetes” y construyó un reemplazo por $ 1bn. “Mal asunto”, escribió.
Pero el plan de la embajada de trasladarse de Mayfair a Nine Elms en Londres se informó por primera vez en octubre de 2008, cuando George W. Bush aún era presidente.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que Trump había “captado el mensaje” de que muchos londinenses se oponían firmemente a sus políticas y acciones.
“Parece que el presidente Trump recibió el mensaje de muchos londinenses que aman y admiran a Estados Unidos y los estadounidenses, pero consideran que sus políticas y acciones son el polo opuesto de los valores de inclusión, diversidad y tolerancia de nuestra ciudad”, dijo Khan el viernes.
“Su visita el próximo mes sin duda se habría encontrado con protestas pacíficas masivas. Esto solo refuerza el error que fue para Theresa May apurarse y extender una invitación a una visita de estado en primer lugar “.
La primera ministra invitó a Trump a una visita de estado cuando se convirtió en el primer líder mundial en visitar al presidente en la Casa Blanca hace un año. Los activistas se comprometieron inmediatamente a organizar protestas y los parlamentarios han dicho que no le darán al presidente la oportunidad de dirigirse al parlamento.
Cuando se le preguntó acerca de la cancelación de Trump, un portavoz de Downing Street repitió la posición de larga data del gobierno de que “se ha extendido y aceptado una invitación, pero no se ha establecido una fecha”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo: “La invitación fue hecha y ha sido aceptada, todavía estamos trabajando para finalizar una fecha”.
En lugar de una visita de estado, se esperaba que Trump hiciera una “visita de trabajo” breve y menos formal en febrero para cortar la cinta de la embajada en el suroeste de Londres y mantener reuniones con May. Las autoridades también habían estado examinando planes para que el presidente se reuniera con la reina sin la pompa de un banquete estatal en toda regla.
Con información de The Guardian
