La interpretación única del presidente de Estados Unidos del día de la independencia se exhibió en su totalidad el jueves cuando organizó un desfile militar jingoísta y poco tradicional en el memorial de Lincoln en Washington para celebrar el cuatro de julio.
Trump no cumplió con los peores temores de sus críticos de un mitin político al estilo de campaña con su evento “Salute to America”. De hecho, en una rara petición de unidad cuando habló debajo de la estatua de Abraham Lincoln, le dijo a la multitud: “Somos un pueblo persiguiendo un sueño y un destino magnífico. Todos compartimos los mismos héroes, la misma casa, el mismo corazón, y todos estamos hechos por el mismo Dios todopoderoso”.
Sin embargo, el presidente proporcionó la grandilocuente demostración de poder militar que se había predicho ampliamente. Mientras que una vez le gustaba crear suspenso como presentador del reality show The Apprentice, Trump ahora tiene el arsenal más temible del mundo a su disposición, y lo demostró.
Disfrutó presentando a los F-22 Raptors y un bombardero furtivo B-2 que rugió ruidosamente sobre el monumento de Washington, el estanque de reflexión y el monumento a Lincoln. La multitud empapada por la lluvia gritó, aplaudió, y ovacionó.
El presidente del showman, hablando detrás de pantallas de vidrio a prueba de balas con lluvia, sonrió ampliamente y declaró: “¡Qué gran país!”
Hubo varios más vielos en el cielo nublado por el avión conocido como Air Force One cuando el presidente está a bordo, así como aeronaves del ejército, la marina, la guardia costera y la Infantería de Marina y, seis F-18 de Blue Angel. El controvertido evento también incluyó dos tanques Abrams y dos vehículos de combate Bradley.
En un discurso que duró 47 minutos, Trump trabajó sobre una versión heroica de la historia militar estadounidense, contando historias no solo de la guerra revolucionaria que ganó la independencia de Gran Bretaña sino también de la guerra civil y la segunda Guerra Mundial. Convocó a los líderes militares al podio, rindió homenaje a las familias que habían perdido hijos en la guerra y en un momento hizo referencia a su propuesta fuerza militar espacial.
Trump había rechazado repetidamente las acusaciones de que estaba politizando un importante feriado, emulando exhibiciones en países autoritarios y desperdiciando el dinero de los contribuyentes con el desfile militar.
