Donald Trump ha elogiado su “gran relación” con el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, acusado de actuar con impunidad ante una guerra brutal contra las drogas que ha dejado miles de muertos.
El presidente de EEUU no mencionó los derechos humanos durante las breves declaraciones a los periodistas antes de una reunión con su homólogo, y ambos líderes ignoraron las preguntas gritadas sobre la represión de las drogas.
Trump se encuentra en el país con líderes de otras 18 naciones durante dos días de cumbres en el tramo final de una gira por Asia, dominada por la crisis nuclear de Corea del Norte.
Según un portavoz de Duterte, las cuestiones de derechos humanos no se plantearon durante la reunión, aunque la pareja sí discutió su desagrado mutuo por Barack Obama.
“La cuestión de los derechos humanos no surgió. No se mencionó “, dijo Harry Roque sobre una conversación de 40 minutos en Manila. “Fue el presidente Duterte quien habló con el presidente Trump sobre la amenaza de las drogas en Filipinas, y el presidente de los EEUU Se mostró comprensivo y no tenía ninguna posición oficial al respecto, sino que se limitó a asentir con la cabeza”, dijo.
Más tarde, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que el tema de los derechos humanos surgió “brevemente”, aunque no dijo qué presidente planteó el problema.
Antes de su reunión, Trump dijo que él y Duterte “tuvieron una gran relación”. Luego, el líder filipino dijo a los periodistas que los dos presidentes hablarían en privado y darían a conocer a los periodistas a los que bromeó como “espías”.
El dúo ya había compartido otra risa cuando, durante una tradicional foto grupal de brazos cruzados en la cumbre de la ASEAN, Trump se esforzó por alcanzar las manos de sus vecinos. Se produjo una breve lucha, que dio lugar a algunas fotos incómodas que se extendieron rápidamente a través de las redes sociales.
Con información de The Guardian
