Trump, un regalo semi envenenado para los caricaturistas

Dibujantes de prensa, actores, imitadores, humoristas: son decenas los que degluten con apetito a Donald Trump, personaje de ensueño para los caricaturistas, aunque muchos buscan aún la distancia correcta ante un futuro presidente estadounidense que divide opiniones.
La tez naranja, los juicios lapidarios, los adjetivos enfáticos, el gesto y el peinado improbables: todo o casi en Donald Trump se presta a la caricatura.
En Estados Unidos, los muy populares animadores televisivos Jimmy Fallon y Jon Stewart, los actores Bryan Cranston, Johnny Depp y Dana Carvey se han aprovechado de ello en estos últimos meses.
Y sin hablar de Alec Baldwin en la emisión satírica Saturday Night Live, que lo imita con fuertes apretones de labios y pestañeos. Esta actuación ha enfurecido al próximo ocupante de la Casa Blanca, que se lanzó a Twitter para estimar que el programa de Baldwin “no puede ser peor”, que es “inmirable”, “prejuicioso” y “nada divertido”.
“Publica tus impuestos y pararé. Ja”, tuitéo en respuesta Baldwin.
Baldwin, un “actor extraordinario”, “abordó la cosa a lo bulldozer”, observa John Di Domenico, que imita a Trump desde hace casi 12 años. Pero aunque no es del gusto de todos, millones lloran de risa cada fin de semana con su personificación del outsider populista.
Es cierto que es difícil hallar la sutileza en las interpretaciones a grandes rasgos de un personaje público en perpetua representación.
A lo largo de los años, “encontré una enorme cantidad de personas que lo conocen y me dicen que no es así en privado”, dijo Di Domenico, cuya agenda está ahora completamente dedicada a Trump.
– “Casi demasiado fácil” –
También es complejo encontrar el tono justo frente a un personaje que tanto divide a los estadounidenses.
Muchas veces es ridiculizado porque se insiste en la apariencia y la forma, lo cual lo ofende, pero esto también muchas veces lo convierte en un personaje simpático.
El imitador profesional se plantea desde ahora la cuestión de representar a un Trump presidente. “Debo hallar una manera de abordar los temas más sensibles”, admite Di Domenico.
El actor desea “conservar una distancia de un cuerpo frente a él, no seguirlo, imaginar las cosas más locas que podría hacer”.
Mientras los medios de prensa estadounidense se lanzaron a un gran ejercicio de introspección desde la elección del 8 de noviembre, los dibujantes de prensa de ambos lados del Atlántico buscan también un equilibrio para representar a este personaje “bigger than life” (más grande que la vida), con patente de “macho”, jurado de la telerrealidad y pronto presidente de la primer potencia mundial.
“Es casi demasiado fácil”, apunta el célebre caricaturista francés Plantu, cuyos dibujos aparecen cada día en la portada del diario Le Monde. Y advierte: “Lo que es bueno para los caricaturistas nunca es bueno para la democracia”.
– “Ser más preciso” –
“Es hora de ser más preciso y de criticarlo más directamente, no solo de burlarse de su tez naranja y de su personalidad”, sostiene Marc Rosenthal, que colabora con la prestigiosa revista The New Yorker e ilustró durante la campaña un libro satírico para niños, “A Child’s First Book of Trump” (Mi primer libro sobre Trump).
El ilustrador dibuja a Trump con forma de papa, con la piel de un naranja intenso. No quería acercarse demasiado al personaje en el plano físico, algo que espera mantener para su segundo libro, que será publicado en 2017.
Kevin Kallaugher, que representó al magnate inmobiliario como un animal amenazante en la revista británica The Economist y el diario Baltimore Sun, considera hoy esos dibujos demasiado “simplistas”.
“No convencemos al representar a una persona de una manera horrible. Persuadimos a través del humor”, insiste. Dice que desea dirigirse sobre todo a esa franja de electores “que votaron por alguien que no les gusta”.
“El dibujo va a afinarse en función de su trabajo como presidente”, estima por su parte Kroll, del diario belga Le Soir.
“Al comienzo, bastaba dibujar a un negro para representar a Barack Obama y luego se convirtió en este hombre elegante de grandes orejas. Durante su reelección, comenzamos a dibujarlo menos negro”, dice. “Por ahora, todo el mundo dibuja a Trump un poco de la misma manera, pero pronto cada uno tendrá el suyo”, pronostica.