Donald Trump irrumpió en Inglaterra lanzando un ataque contra el alcalde de Londres y refunfuñando contra las llamadas noticias falsas antes de aterrizar en el jardín de la reina para el inicio de su polémica visita de estado de tres días.
Poco antes de que el avión presidencial aterrizara en el aeropuerto de Stansted, el presidente de Estados Unidos anunció su llegada con una diatriba de Twitter contra el viejo adversario Sadiq Khan, condenando al alcalde como un “perdedor”, comentario que la oficina del alcalde luego rechazó como “insultos infantiles”.
Sin embargo, en el momento en que el helicóptero del presidente, Marine One, aterrizó en el Palacio de Buckingham para su visita ceremonial tan deseada, se vio envuelto en sonrisas, con su llegada marcada por dos saludos de 41 cañones, una guardia de honor y tiros de salvas.
Incluso había una pared alrededor de los jardines del Palacio de Buckingham servía para mantener a Trump, solo el tercer presidente de los Estados Unidos honrado con una visita de estado, lejos del público y de las protestas. Las preocupaciones de seguridad significaron que no hubo un viaje en carruaje y, por lo tanto, no hubo riesgo de que se repitiera la bienvenida otorgada al presidente de China, Xi Jinping, quien fue víctima de protestas masivas a lo largo del recorrido.
Se espera que más de 250,000 manifestantes vayan a las calles de Londres en protestas contra Trump el martes, cuando se espera que el bebé dirigible Trump aparezca una vez más.
La visita de estado es una actualización de su anterior “visita de trabajo”, donde tomó el té con la Reina. Alrededor de 170 invitados, con vínculos culturales, diplomáticos y económicos con los EE. UU., se unirán a la primera pareja y miembros de la realeza, entre ellos el duque y la duquesa de Cambridge, en el gran salón de baile del Palacio de Buckingham para cenar en la plata dorada del Gran Servicio realizado. para Jorge IV. El líder laborista, Jeremy Corbyn, y el líder liberal demócrata, Sir Vince Cable, se negaron a asistir.
Ofrecida apresuradamente por Theresa May después de la inauguración de Trump, la visita baja la cortina de su atribulada presidencia. Trump fue vocal antes de su visita al criticar su manejo de Brexit.
Dados los dos, no hubo ninguna sorpresa cuando surgió el lunes que no habría un enfrentamiento formal entre el presidente y el primer ministro durante la visita. En cambio, los dos se reunirán junto a sus ayudantes el martes.
