Turistas chinos inyectan efectivo en un destino de moda: China

SANYA, China _ Cuando Stephan Stoss llegó aquí hace seis años, poco más que follaje flanqueaba las carreteras que conducían al hotel Hilton de 492 habitaciones donde ahora es gerente general.

Pocos otros hoteles habían sido construidos a lo largo de las pintorescas bahías de la ciudad. Stoss y sus colegas de aquellos que estaban operando se reunían habitualmente para cenar en torno a una mesa pequeña.

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Hoy, necesitarían un salón de banquetes. Los hoteles St. Regis y MGM se han unido al Hilton en una extensión de playa de arenas blancas en la Bahía de Yalong. En otras partes de Sanya, Hyatt, Westin, Shangri-La y otras cadenas prominentes han construido propiedades. Hilton posee otros tres hoteles en la ciudad.

Esas calles anteriormente tranquilas en torno al Hilton están atestadas de autobuses turísticos. Cuadras de departamentos elegantes y comunidades amuralladas de villas multimillonarias han reemplazado a los matorrales silvestres.

“En ningún otro destino se ve la velocidad a la que van las cosas aquí”, dijo Stoss, de 54 años de edad. “Solo en China”.

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Contrario a la desaceleración económica que vive China, el turismo es un punto brillante. Muchas familias chinas siguen enriqueciéndose y gastando ese ingreso extra en viajes.

Los grupos de turistas chinos ya son una imagen común, desde Times Square y el Palacio de Buckingham hasta Angkor Wat. Pero una mayor parte de la historia de los viajes es el auge dentro de China. El año pasado, turistas chinos hicieron 4,000 millones de viajes nacionales, el doble que en 2010 y significativamente más que los 122 millones de viajes al extranjero, según estadísticas gubernamentales.

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El gobierno ha estado alentando a las familias chinas a empacar y partir. Ahora que la exportación e inversión, los tradicionales motores de la economía, están estancados por la demanda débil y el exceso de fábricas, los formuladores de políticas están tratando de dirigir la actividad hacia los servicios y el consumo.

El turismo es esencial para esa transición. El gobierno espera que la creciente clase media de China gaste más en ocio y entretenimiento para crear empleos en hoteles, aerolíneas y restaurantes.

“Aquí se está volviendo más importante que la gente tenga tiempo libre de calidad”, dijo Stoss, “y está dispuesta a pagar por eso”.

Pekín está contando con viajeros como Leng Zhichen, de 28 años de edad. Leng, un emprendedor de Qingdao en la provincia de Shandong en la costa oriental de China, viaja con su esposa y su hija de dos años casi cada mes, a menudo para fines de semana largos y habitualmente dentro de China.

“Me gusta pasar más tiempo con mi hija y hacerla experimentar diferentes lugares”, dijo Leng mientras se relajaba en el vestíbulo del Hilton.

Pese a la desaceleración económica, su ingreso está aumentando: hasta 10 veces en tres años a 3 millones de renminbis (450,000 dólares). Con más efectivo disponible, gasta varias veces más en hoteles y comidas que anteriormente.

“Mis viajes han cambiado desde que tengo una familia”, dijo Leng, quien dirige su marca de joyería. “Me hospedo en hoteles más bonitos y como alimentos de mejor calidad”.

Hainan, la provincia isleña que incluye a Sanya, está en el centro de la campaña del gobierno.

En 2009, el gobierno nacional designó a Hainan para desarrollarla como una “isla turística internacional” y desencadenó un torrente de inversión para apoyar a su industria de viajes. El año pasado fue completado un tren de alta velocidad que recorre la isla y está en marcha un nuevo aeropuerto para Sanya. Inversionistas privados invirtieron dinero en costosos campos de golf, hoteles de lujo e hileras de casas vacacionales.

En las playas de Sanya, atestadas de niños que retozan, las preocupaciones sobre la economía de China parecen un espejismo distante. El año pasado, el total de turistas en Sanya se acercó a los 15 millones, casi 70 por ciento más que cinco años antes. Un 98 por ciento de los visitantes fueron chinos.

Los ingresos de las empresas turísticas han aumentado en más del doble en ese tiempo, a 30,000 millones de renminbis el año pasado. Ayudaron a impulsar el crecimiento general de Hainan y la economía de la provincia creció 7.8 por ciento en 2015, sustancialmente más rápido que la tasa nacional del 6.9 por ciento.

Pero no todo es perfecto en el paraíso. Cuando el gobierno selecciona un sector al cual apoyar _ ya sea acero o paneles solares _ a menudo ayuda a contribuir a una indebida exuberancia entre los inversionistas, lo que resulta en proyectos derrochadores que deprimen la economía.

En Hainan, el entusiasmo en torno al turismo ha dejado a la isla salpicada de más campos de golf, edificios de departamentos y suites de hotel de lo que incluso la creciente ola de viajeros puede llenar. El número de habitaciones de hotel en Sanya ha aumentado en 40 por ciento en solo cinco años.

El auge en los hoteles ha creado tal competencia feroz que las tarifas por habitación han descendido en 30 por ciento en tres años, estimó Stoss del Hilton. “Se está volviendo cada vez más difícil” mantener los ingresos, admitió.

Demasiados campos de golf están persiguiendo a muy pocos golfistas también. Atraídos por el creciente tráfico turístico, los inversionistas abrieron ocho campos de golf en Sanya, muchos de ellos con lujosas casas club que atienden a los chinos ricos.

Pero la campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping ha ahuyentado a los funcionarios del gobierno y a los ejecutivos de empresas estatales del juego, visto por muchos en China como un deporte de ricos. La temporada alta para el golf, durante los inviernos más frescos, dura solo cuatro meses, lo que deja a los campos peleando por los clientes el resto del año.

“La mayoría de los campos de golf están perdiendo dinero”, dijo Dai Yuying, gerente general de Sanya Luhuitou Golf Club, y añadió que su campo de calidad para celebrar torneos está arreglándoselas para quedar tablas. “El número de personas que juegan golf ha descendido mucho”.

Demasiadas casas vacacionales están asándose vacías bajo el sol de Sanya. La asociación inmobiliaria local estimó que se necesitarían casi cuatro años para encontrar compradores para todas las residencias no vendidas en el mercado.

Aunque el ritmo de la expansión se ha desacelerado un poco, los desarrolladores siguen construyendo. Lu Keyong, director de mercadotecnia de Yalong Bay Development Co., dijo que su empresa seguía convencida de que más turistas atraerían a más compradores de casas. La compañía está construyendo más departamentos cerca del aeropuerto de Sanya.

“La necesidad de alojamiento es esencial para la gente”, dijo Lu.

El gobierno está animando a los inversionistas a hacer más que construir hoteles y departamentos. Funcionarios dijeron que se había vuelto más difícil conseguir permisos estatales para erigir hoteles.

En vez de ello, están alentando la inversión en proyectos con una gama más amplia de opciones de entretenimiento. Un complejo de hoteles, el Atlantis de 1,600 millones de dólares de Kerzner International, tendrá toboganes acuáticos, exhibiciones de vida marina y salones de eventos cuando se inaugure en 2017.

“Solo hay una cosa que me preocupa a largo plazo”, dijo Zhao Kuan, secretario general de la Asociación Turística de Sanya, un grupo de la industria. “Necesitamos diversificar las atracciones”.

El atestado restaurante en el Grand Metropark Resort cerca del Hilton ofrece razón para el optimismo.

En una mesa, Chen Hong, de 32 años, comía un tazón matutino de fideos con su hermana, su cuñada, sus padres, su sobrino y su hijo de cinco años. Chen, procedente de Xuzhou en el este de China, estaba en su primer viaje a Sanya, y dijo que quería tomar muchas más vacaciones como esta.

El ingreso de su esposo como servidor público ha aumentado en los últimos años, y también su interés en viajar. Pretenden tomar unas vacaciones largas al año, especialmente porque lo consideran importante para su hijo.

“Pienso que viajar ampliaría sus horizontes”, dijo.

Michael Schuman
© 2016 New York Times News Service