Uber está agregando propinas a su plataforma, abordando una larga queja de los conductores con una nueva característica lanzada una semana después de que el consejero delegado de Travis Kalanick anunciara que deja el puesto de CEO.
La característica, que se encuentra en la ciudad de Seattle, Minneapolis y Houston, planea expandirse a todos los conductores estadounidenses a fines de julio. La compañía se había negado durante años a permitir que los pasajeros diesen propinas a través de la aplicación, una de las muchas fuentes de frustración para los conductores, que han planteado reiteradamente preocupaciones por los bajos salarios y la falta de derechos laborales básicos.
El cambio en la política fue incluido en el anuncio de Uber de los llamados “180 días de cambio para los conductores”, que la firma con sede en San Francisco calificó como “un esfuerzo de toda la compañía diseñado para mejorar significativamente la experiencia de conducir”.
Después de meses de escándalos y desastres de relaciones públicas este año -incluyendo una importante controversia sobre el acoso sexual y reclamaciones de una cultura de fraternidad- la compañía lanzó una investigación, despidió a más de 20 empleados y este mes anunció reformas destinadas a mejorar el lugar de trabajo.
Pero la visión de “Uber 2.0”, esbozada en una reciente reunión, ignoró en gran medida las preocupaciones de los conductores, que son clasificados como contratistas independientes y han seguido abogando por la seguridad y los beneficios laborales tradicionales.
Las dificultades de trabajar como conductor en la economía son tan extremas que algunos han terminado sin hogar, obligados a vivir fuera de sus coches arrendados para Uber, según una investigación reciente. Las mujeres conductoras asaltadas en el trabajo también han denunciado cada vez más, acusando a la corporación de ofrecerles poco apoyo durante su recuperación.
Con información de The Guardian
