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Un primer paso para solucionar la contaminación Tijuana-San Diego

Al final, los homicidas, porque eso son aunque sus actos sean culposos y no dolosos, gozan de su plena libertad

Solo vimos funcionarios federales que aterrizaban en Tijuana sin saber que el principal problema ambiental eran los escurrimientos de aguas negras

Aunque resulte prematuro lanzar campanas al vuelo, los gobiernos de México y de Estados Unidos firmaron un acuerdo para frenar los derrames de aguas negras y todo tipo de contaminantes entre Tijuana y San Diego.

A lo largo de décadas, este problema alcanzó niveles deplorables que llegaron a representar un problema crucial entre California y Baja California, hasta hoy que tuvieron que intervenir los gobiernos federales de Palacio Nacional y de la Casa Blanca.

Ambas administraciones se comprometieron a resolver este problema que se traducía en ríos de aguas negras, daños a la flora y a la fauna del estuario del Río Tijuana, un considerable cúmulo de llantas usadas y de plásticos que llegaban incluso hasta Imperial Beach al grado que esta ciudad mantenía casi constantemente cerradas sus playas al acceso humano, a riesgo de contraer serias enfermedades.

Ahora, Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat y Lee Zeldin, administrador de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) firmaron el llamado Memorando de Entendimiento para la Atención Sanitaria y Ambiental en la Región Tijuana-San Diego.

El documento en cuestión se propone duplicar la capacidad de plantas tratadoras como las de San Antonio de los Buenos, el Cañón del Matadero, la de los Laureles, Arturo Herrera y La Morita, así como mejorar la capacidad de colectores residuales.

Para ello ambos países destinarán especialistas y recursos que pongan remedio a un problema que realmente había alcanzado niveles insoportables de contaminación.

Esperemos por el bien de todos, pero principalmente de nuestro planeta, que las aguas residuales, los lodos y basuras pesadas como las llantas, sean atendidos de una vez por todas puesto que en pasados gobiernos, solo vimos rounds de sombra, promesas y funcionarios federales que aterrizaban en Tijuana sin saber siquiera que el principal problema ambiental eran los escurrimientos de aguas negras.