UNA ARISTOCRÁTICA REUNIÓN DE COCHES RETRO EN GOODWOOD

CHICHESTER, Inglaterra _ Una buena razón para esperar que siempre haya una Inglaterra: el festival Goodwood Revival.

Imaginen un escenario campirano en el que el olor a aceite quemado de motor se mezcla con la fragancia del agua de colonia Guerlain, donde los mecánicos con sus overoles grasosos y corbatas le meten mano a los carburadores de viejos Jaguares y MG.

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Donde se bebe Veuve Cliquot en la botella. Donde las damas desfilan con visones de imitación, vestidos de lunares y lápiz de labios brillante, mientras los caballeros se pavonean con gorros intrépidos y chalecos de tweed.

A este gran espectáculo retro, en el oeste de Londres, lo rodea una pista de carreras de casi cuatro kilómetros donde los sonidos dominantes son los gruñidos y eructos de los automotores de décadas de antigüedad. (También están los estruendos ocasionales de los motores de aviones impulsados por hélices porque Goodwood, que fuera un campo aéreo de la Real Fuerza Aérea durante la Batalla de Gran Bretaña, se trata, también, de viejos Lancasters y Spitfires.)

Charles Gordon-Lennox, a quien se conoce comúnmente en estas partes como el Conde March, creó el acto anual en 1998.

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Goodwood es una pieza de periodo, visual y auditiva, tanto como una reunión para correr coches retro que todavía lo pueden hacer. Freddie March, el finado abuelo del actual lord March.

“Lo fundamental que lord March trató de crear en los últimos 15 años es una atmósfera de ese periodo de 1946 a 1966”, comentó Andy Smith, quien manejó su MG hasta Goodwood desde su casa en Cornwall, a unos 483 kilómetros de distancia.

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Era la décima segunda ocasión que asistían su esposa Sarah y él.

“El carácter de esto, es algo muy inglés que hacer”, dijo Smith. Y, con todo, “la gente que viene es de toda Europa y de todo tipo de familias”.

No solo se manejan los valiosos automóviles retro hasta aquí, sino que también se compran y venden.

Durante la actividad de este año, Bonhams subastó un Porsche 550RS Spyder, similar al de dos asientos en el que se mató el actor James Dean en 1955. El Porsche subastado, con chasis del número 90, motor de cuatro cilindros que aceleró de cero a justo poco menos de 100 kph en alrededor de 10 segundos, se vendió en 4.6 millones de libras o unos 6 millones de dólares.

También, hay formas menores de comercio. En lo que se llama la calle Revival High, hay quioscos donde se venden grabados, chamarras de piloto de bombardero, chocolates de menta Bendicks y partes para carburadores. También hay una feria con atracciones que no son carreras de coches.

Rebecca George maneja el salón de belleza Betty’s Hair & Beauty ubicado en un quiosco.

“Podemos hacer los estilos del periodo u otros estilos también”, dijo George, quien cobra unos 72 dólares por el corte y el maquillaje. “La gente que viene aquí realmente quiere lucirse”.