Los brasileños han reaccionado con indignación y repulsa después de la muerte de un niña de 14 años que fue baleada durante una operación de seguridad durante la cual un helicóptero de la policía brasileña ametralló una densa favela de Río de Janeiro.
Después de que Marcos Vinicius da Silva muriera en un hospital el miércoles por la noche, los residentes de la favela de Maré bloquearon la carretera que conduce al aeropuerto internacional de Río y un autobús fue incendiado. La policía dijo que seis pandilleros fueron asesinados en la operación.
La operación de seguridad se produjo un día después de intensas batallas armadas que sacudieron otras favelas cerca del centro de Río y dos semanas después de que el teleférico que conducía a la histórica montaña Pan de Azúcar de la ciudad se cerró durante una batalla entre policías y pandilleros que compiten por dos favelas cercanas Playa de Copacabana.
Los testigos dijeron que el helicóptero de la policía brasileña había disparado indiscriminadamente contra una zona densamente poblada cerca de una escuela, una acusación respaldada por imágenes de teléfonos celulares. Los equipos del grupo sin fines de lucro Redes da Maré contaron más de 100 agujeros de bala en el suelo.
En un angustiante video publicado en el sitio web de O Globo, la madre del niño, Bruna da Silva, mostró su camiseta y su mochila con el uniforme escolar ensangrentado.
Su padre, José da Silva, de 37 años, le dijo al periódico que su hijo había llegado tarde a la escuela pero que decidió irse a su casa cuando escuchó los disparos por primera vez. Estaba casi en casa cuando recibió un disparo en el estómago.
“¿Por qué ven el uniforme escolar y disparan? Porque no son policías. Son asesinos “, dijo.
Con información de The Guardian
