Universidad de Colima descalifica estudio sobre consumo de agua con arsénico

COLIMA, Col. (apro).- La Universidad de Colima desestimó un estudio en el que algunos de sus investigadores, junto con académicos de la Escuela de Salud Pública de Harvard, advirtieron que el agua de varias regiones de la entidad presenta concentraciones de arsénico superiores a los niveles permisibles, situación que aumentaría los riesgos de incidencia de enfermedades como el cáncer.

El reporte titulado “Riesgos potenciales de salud por consumo de agua con arsénico en Colima, México”, fue publicado en la edición enero-febrero de 2017 de la revista ‘Salud Pública de México’, del Instituto Nacional de Salud Pública.

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La investigación fue realizada por los académicos Oliver Mendoza Cano, Julián Barrón Quintana, Alberto Sánchez Piña, Herguin Benjamín Cuevas Arellano, Pilar Escalante Minakata y Ramón Solano Barajas, de las facultades de Ingeniería Civil y de Ciencias de la Universidad de Colima, y del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Mundial de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

A través de un comunicado oficial, la Universidad de Colima difundió opiniones de su coordinador general de Investigación Científica, Alfredo Aranda Fernández, en el sentido de que el estudio “presenta algunos problemas de interpretación”, por lo que “no es concluyente”, y las conclusiones a las que llegaron sus autores –subrayó– “no son válidas”.
Sin explicar de manera concreta

los fundamentos de su afirmación, Aranda dijo que por ser un tema delicado, lo que hizo antes de emitir algún juicio rápido fue enviar el estudio a otros investigadores, expertos en estadística, para que lo revisaran. Con las respuestas enviadas por los expertos, que no se dan pronto, se tomó entonces una posición institucional, “sobre todo por las repercusiones que esto tiene a nivel social”, apuntó.

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Y añadió que para la universidad “es importante decirle a la sociedad que esto no es definitivo, que hay un error de interpretación y que vamos a investigar qué pasó. Es importante, en este sentido, reconocer cuando hay un error y después corregirlo, para seguir teniendo el respaldo y la confianza de la población”.
Aclaró que “no significa que los investigadores hayan querido mentir; se equivocaron, nada más, es algo que sucede comúnmente”.

El problema en este caso, sostuvo, es que el tema se relaciona con la salud, pero este tipo de situaciones ocurren en otras áreas de la ciencia que no tienen tanta notoriedad, ya que “el conocimiento se va construyendo a través de cometer errores e irlos corrigiendo”.
El estudio cuestionado por la casa de estudios colimense tuvo como base un muestreo aleatorio simple realizado en abril de 2013 en 36 de los 272 pozos de agua potable que hay en Colima, abarcando diez de los 11 acuíferos de la entidad.

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Según los resultados, “de los 36 pozos analizados, 80.5% tenían concentraciones de arsénico superiores a lo permisible por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la US EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) de 0.01 mg/L, mientras que siete pozos (19.4%) superaron las concentraciones permisibles para arsénico fijados por la NOM-127-SSA1-1994, ≤ 0.025 mg/L. De esos siete pozos, uno presenta un grave problema de contaminación (0.083 mg/L), mientras que los otros seis oscilaron entre 0.026 y 0.063 mg/L.”

Los investigadores advirtieron que el arsénico podría ocasionar la mayoría de los problemas de salud asociados con la ingesta de agua de pozo contaminada con metales en Colima.

“Sin embargo, se requiere de mediciones más precisas, un sistema de registro de síntomas en los centros de salud del estado y estudios epidemiológicos a nivel local para poder estimar la incidencia de padecimientos o afectaciones relacionadas con la ingesta de arsénico proveniente de aguas subterráneas. Esto permitiría cuantificar el problema para poder asignar recursos para implementar políticas públicas y de infraestructura para proteger la salud de las poblaciones afectadas”.

Los académicos determinaron que las concentraciones de arsénico presentan sus mayores niveles cerca de la Ciudad de Colima y Villa de Álvarez, que concentran alrededor de la mitad de la población estatal.

“Los riesgos de cáncer por ingesta de arsénico se utilizaron para calcular el número probable de casos de cáncer en las comunidades analizadas, este número se estimó en 466 casos”, pero “esto no necesariamente indica que la enfermedad se presentará. Algunas personas que desarrollan la enfermedad puede que tengan pocos o ninguno de los factores de riesgo conocidos”, concluyeron los investigadores.

Antes, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) señaló que ese estudio “no tiene fundamento legal ni validez oficial” para afirmar que el agua del estado tiene arsénico y que representa un riesgo para la salud de la población, toda vez que “los resultados de este análisis provinieron de un laboratorio que no funge como tercer autorizado”.

El organismo indicó que el “Análisis de Componentes Principales respecto a las Asociaciones de Metales Pesados en Pozos de Agua del estado de Colima”, que se cita en la información difundida, fue sometido al estudio de una laboratorio Tercer Autorizado por la Cofepris (Laboratorio ABC), cuyos resultados dictaminaron “no detectado”.

Por lo anterior, la Coespris consideró que “se descarta por completo que el agua de Colima esté contaminada de arsénico o de cualquier otro mineral”.

Por su parte, abundó, el Sistema Federal Sanitario cuenta con un proyecto de calidad fisicoquímica del agua, en el que se determinan los tres parámetros contaminantes en el agua: flúor, plomo y arsénico, y “de acuerdo con los Mapas de Riesgos de la Comisión Nacional del Agua, nuestro estado no se considera de riesgo por estos contaminantes, además que de manera permanente se llevan a cabo estudios del agua, sin que hasta el momento se registre algún resultado negativo”.