Esa cautela se refleja en la economía de ciudades fronterizas como las de Baja California, donde los servicios más requeridos por los compradores estadounidenses se llevan a cabo con lentitud.
Aunque temas como la migración, los aranceles a productos mexicanos y otros que el candidato republicano Donald Trump ha puesto en la agenda electoral, el verdadero problema del vecino país radica en la propuesta que reactive la economía de Estados Unidos.
Con unas elecciones a la vuelta de la esquina, para ser más exactos el próximo martes 5 de noviembre, Estados Unidos resolverá su incógnita sobre quien gobernará durante los próximos 4 años.
Porque para nadie es un secreto que la unión americana no pasa por sus mejores momentos y que la divisa estadounidense, el dólar, si bien se ha revalorizado hasta en un 4 por ciento tras los recortes en los tipos de interés que aplicó la Reserva Federal de Estados Unidos, el bolsillo del consumidor norteamericano no se palpa abultado.
Esa cautela se refleja en la economía de ciudades fronterizas como las de Baja California, donde los servicios más requeridos por los compradores estadounidenses se llevan a cabo con lentitud.
Si bien el dólar refleja fortaleza en los últimos meses, basta ver el movimiento de los comercios tanto de uno como del otro lado de la frontera para percibir un ritmo que refleja desaceleración.
A nivel global, la nación que aún gobierna Joe Biden enfrenta desde hace años el creciente bloque asiático, a lo que suman la guerras entre Rusia y Ucrania y la de Israel contra los países del Medio Oriente, factores que también marcan ritmos económicos a nivel mundial.
No hablamos de volver a los tiempos previos al tristemente célebre 11 de septiembre del 2001, tras los cuales la seguridad y las restricciones estrangularon los ritmos económicos entre ambos países, y las primeras víctimas fueron los comercios de la franja divisoria.
Esperemos que la develación de la incógnita presidencial así como la cercanía de la temporada decembrina, pero sobre todo las decisiones en torno a los principales motores que mueven la economía de Estados Unidos, se traduzcan en mejores términos para los países cuya órbita gira en torno al ritmo del país del norte.
