El Vaticano y China dijeron ayer que firmaron un acuerdo histórico sobre el nombramiento de obispos católicos romanos, un avance en un tema que durante décadas alimentó las tensiones entre la Santa Sede y Pekín y frustró los esfuerzos hacia las relaciones diplomáticas.
El acuerdo provisional, que fue firmado en Beijing por viceministros de Relaciones Exteriores de ambas partes, fue descrito por el Vaticano como “el fruto de un acercamiento gradual y recíproco”, luego de un largo proceso de negociación cuidadosa y sujeto a revisiones periódicas.
“Se trata de la nominación de obispos, una cuestión de gran importancia para la vida de la iglesia, y crea las condiciones para una mayor colaboración”, dijo el Vaticano.
En Beijing, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió una declaración que decía: “China y el Vaticano continuarán manteniendo las comunicaciones e impulsando el proceso de mejora de las relaciones entre las dos partes”.
Pero el acuerdo fue denunciado por los críticos como una venta total al gobierno comunista. “Están [enviando] el rebaño a la boca de los lobos. Es una traición increíble “, dijo a Reuters el cardenal Joseph Zen, ex arzobispo de Hong Kong que dirigió la oposición al acuerdo.
“Las consecuencias serán trágicas y duraderas, no solo para la iglesia en China sino para toda la iglesia porque dañan la credibilidad”, agregó.
El Vaticano dijo que, como parte del acuerdo, el Papa reconocería a siete obispos chinos nombrados por Pekín sin la aprobación del Vaticano, y fueron excomulgados como ilegítimos. Las fuentes dijeron a Reuters que el acuerdo le dio la palabra al Vaticano en el nombramiento de obispos y le otorgó al Papa poder de veto sobre los candidatos. Los católicos de China están divididos entre una iglesia clandestina que jura lealtad al Vaticano y la Asociación Patriótica Católica (CPA) supervisada por el estado.
