Vaticinan crisis de agua en BC

Exponiendo un panorama preocupante, donde el epicentro es el escenario caótico que tendrían los municipios de la Zona Costa, en caso de un colapso del acueducto Río Colorado-Tijuana, el secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano, Manuel Guevara Morales, pidió su respaldo a los diputados integrantes de la comisión de Energía y Recursos Hidráulicos en la 22 legislatura estatal.

Invitado por el presidente del citado cónclave, Marco Antonio Corona Bolaños Cacho, a exponer el panorama hídrico de la entidad, Guevara fue desgranando las aristas que enfrenta Baja California en ese renglón.

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Acompañado por los directores de las comisiones estatales de Servicios Públicos en Tijuana, Miguel Ángel Lemus Zendejas, y Mexicali, Francisco Javier Paredes Rodríguez, así como por el titular de la Comisión Estatal del Agua, Jesús Germán Lizola Márquez, el ministro de obras recordó que, actualmente, se necesitan 63 millones de metros cúbicos más para los ciudadanos tijuanenses.

“Estamos en una crisis del agua”, aseveró Guevara, quien indicó que solamente el 17% del agua que posee Baja California se va a las ciudades, mientras que el 83% restante se emplea en el campo.

Por ello, indicó, resulta indispensable explorar y desarrollar la alternativa que significa el reuso de agua, misma que pidió, ya no se satanice, pues “vamos a Disneylandia y ahí (en Anaheim) si la tomamos reciclada”.

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El escenario ante una posible contingencia es delicada, ya que debido al azolve, la presa Abelardo L. Rodríguez ha visto disminuida su capacidad en 30 millones de metros cúbicos.

“En San Diego hay 11 presas, mientras que en la zona metropolitana de Tijuana hay tres”, recordó el ministro.

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Consideró inviable hacer otro acueducto, ya que no se tendría agua con la cual operarlo, merced al tratado que la Comisión Internacional de Límites y Aguas tiene con los Estados Unidos, además de que su costo es muy elevado.

“El acueducto Río Colorado-Tijuana costó 800 millones de dólares, que regaló la federación”, explicó Guevara.

En caso de que esa vía acuífera colapsara, la Zona Costa solamente tendría dos semanas de agua.

Para completar el cuadro, Lizola recordó que “no está asegurada el agua para 2018” en los acuerdos que la CILA mantiene con sus homologos estadounidenses.

Guevara indicó que la desaladora que se construye en Playas de Rosarito estaría terminada, en su primera etapa, hasta 2019, mientras que la segunda podría concluirse en 2024.

Ante eso, pidió que el gobierno federal aupe obras que permitan incrementar el reuso de agua, sugiriendo utilizar la totalidad o una parte de los 2 mil millones de pesos que vale el agua que México almacena en el lago Mead, ubicado 48 kilómetros al sureste de Las Vegas, Nevada, para efectuarlas.

Tras la sesión de la comisión que preside, Corona expresó que no hay que preocuparse tanto por ese panorama, como ocuparse en resolverlo.

“En esta vida no debemos pensar en qué tan difícil es, sino en como vamos a lograr vencer las adversidades que se van a presentar. Y la única manera es trabajando, que cada quien tenga tareas y responsabilidades para conseguir el objetivo”, consideró.