México celebra la venta del avión presidencial TP-01 a Tayikistán, un proceso que ha tardado varios años en concretarse. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha destacado la alta inversión que requería el mantenimiento del lujoso avión, que adquirió el gobierno mexicano durante la administración de Felipe Calderón y fue utilizado por Enrique Peña Nieto.
En una conferencia de prensa matutina en Veracruz, López Obrador indicó que la aeronave fue utilizada durante 10 años, acumulando un total de aproximadamente 70 días de vuelo. Además, su tamaño y características la hacían poco útil para vuelos dentro del territorio nacional. “Costó muchísimo porque es un avión muy lujoso”, señaló el mandatario.
Los ingresos de la venta del avión, que fueron depositados por el gobierno de Tayikistán en la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, serán destinados a la construcción de dos hospitales en Tlapa y Tuxtepec. El primero, con capacidad para 80 camas, será construido en un terreno de 60 hectáreas de la Secretaría de la Defensa Nacional, mientras que el segundo se ubicará en un terreno ofrecido por el presidente municipal de la localidad.
El proceso de venta del avión presidencial ha sido largo y polémico. López Obrador había indicado que no lo vendería por menos de 110 millones de dólares, el valor del primer avalúo, ya que sería malbaratarlo. Sin embargo, al final, el gobierno de Tayikistán pagó una cantidad que cumple con el avalúo oficial, pero que es inferior a lo que había solicitado el presidente.
El avión presidencial TP-01 había sido ofrecido en varias ocasiones a distintos compradores, incluso a través de una rifa, pero sin éxito hasta ahora. López Obrador reiteró que el avión era demasiado ostentoso y costoso para el país, y lamentó que nunca debería haber sido adquirido. Según el mandatario, el avión se depreció día a día y su precio se redujo aún más debido a una falla de origen.
La venta del avión presidencial ha sido considerada por muchos como un símbolo de la austeridad que ha impulsado el gobierno de López Obrador. El presidente ha señalado que su administración busca reducir los gastos excesivos y destinar los recursos a programas sociales y proyectos prioritarios, como la construcción de hospitales y la mejora de la infraestructura del país.
