La pena se ha convertido en furia en Grecia, donde las víctimas de los incendios forestales más mortíferos en más de una década culpan a un aparato estatal inepto por la magnitud del desastre.
En Mati, la aldea costera casi completamente aniquilada por el incendio, el ministro de defensa, Panos Kammenos, fue interrumpido el jueves cuando las autoridades anunciaron que el número de muertos había aumentado a 85. Los residentes, que habían perdido a sus seres queridos y hogares, rodearon al político , diciéndole: “Nos dejaste arder. Nos dejaste a merced de Dios “.
Kammenos, quien encabeza el socio menor de la coalición liderada por la izquierda, Independent Greeks, fue el primer oficial de alto rango en visitar a Mati, cuatro días después de que los incendios, propulsados por vientos de hasta 124 km / h, atravesaron el área al este de Atenas. La ausencia de presencia oficial en una comunidad tan devastada se ha sumado a la acritud.
Los incendios forestales, que también han dejado incontables desaparecidos, más de 180 heridos y al menos 11 peleando por sus vidas, ahora están siendo descritos como los peores en golpear al continente desde la Segunda Guerra Mundial. Ningún otro país, con la excepción de Australia, ha sufrido tal pérdida de vidas o destrucción como resultado de incendios forestales en este siglo.
La falta de preparación del gobierno para enfrentar un desastre de tal magnitud ha sido especialmente criticada. El miércoles, el gobierno de Alexis Tsipras anunció generosas medidas de ayuda, pero la ira del público mostró pocas señales de disminución.
En cambio, los alcaldes locales intensificaron las quejas sobre planes de evacuación inadecuados. Los residentes salieron a las ondas para quejarse de los atascos mortales que surgieron cuando los conductores mal dirigidos vieron sus únicas rutas de escape cortadas por las autoridades. Atrapados en el infierno, muchos murieron en sus autos. “¿Por qué cerraste Marathonas?”, Le preguntó una mujer llorosa a Kammenos, refiriéndose a la carretera principal que conduce desde Mati a Atenas.
Con información de The Guardian
