La Casa Blanca permitió sólo a la prensa rusa para cubrir la rueda de prensa donde Lavrov descartó las acusaciones de colusión como “noticias falsas”
Serguei Lavrov llegó a Washington el miércoles después de una ausencia de cuatro años, y se declaró absolutamente sorprendido de escuchar que Rusia había sido acusada de entrometerse en los asuntos internos de Estados Unidos.
También parecía haber habido un poco de alboroto acerca de la despedida brusca del director del FBI, James Comey, la noche anterior, en medio de una investigación polifacética sobre la interferencia rusa.
“¿Fue despedido? Estás bromeando ¡Estás bromeando! “, Exclamó el ministro ruso de Relaciones Exteriores cuando un periodista le preguntó si la caída de Comey podría hacer sombra a la visita de Rusia. La sorpresa fue particularmente teatral, por supuesto.
Mientras Lavrov jugaba con la prensa, su anfitrión, Rex Tillerson, estaba allí, sonriendo, silencioso y despistado fuera de su oficina del séptimo piso, antes de darle a la prensa un pequeño saludo y alejarse con el ruso para una reunión a puerta cerrada, para ver a Donald Trump en la Casa Blanca.
“Noticias falsas, nada más”
Posteriormente, Lavrov se olvidó de la crisis política en torno a los contactos de la campaña de Trump con el gobierno ruso durante las elecciones y la conclusión de la inteligencia estadounidense de que Moscú había tratado de desviar la votación a favor de Trump como mera “falsa noticia” de los Estados Unidos.
En Washington, sin embargo, el escándalo ha costado los puestos de trabajo del asesor de seguridad nacional Michael Flynn, así como de Comey, y hay múltiples investigaciones en curso por el FBI y en el Congreso. La visita de Lavrov no hizo nada para disipar las sospechas de que todavía hay mucho por descubrir sobre la verdadera relación de Trump con Vladimir Putin y los oligarcas rusos.
La mañana después de que el presidente hiciera historia y rompiera las normas políticas estadounidenses al despedir a su director del FBI, la reunión con Lavrov era el único evento en el horario oficial de Trump.
Con información de The Guardian
