Un panel de jueces el jueves anuló por unanimidad la pena de muerte en el estado de Washington, dictaminando que viola la constitución del estado.
El fallo convierte a Washington en el último estado en eliminar la pena de muerte, dejando a 30 estados en los Estados Unidos que mantienen la medida.
El tribunal ordenó que las ocho personas que se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en Washington deben convertir sus sentencias a cadena perpetua. Cinco jueces de la corte suprema del estado dijeron que “la pena de muerte no es válida porque se impone de manera arbitraria y racial”.
“Dada la forma en que se impone, la pena de muerte tampoco cumple ningún objetivo penológico legítimo”, escribieron los jueces.
Otros cuatro jueces en el banco, en forma concurrente, escribieron que aunque estaban de acuerdo con las conclusiones de la mayoría y la invalidación de la pena de muerte, “los principios constitucionales adicionales del estado obligan a este resultado”.
El gobernador de Washington, Jay Inslee, un partidario de abolir la pena capital, impuso una moratoria a la pena de muerte en 2014 y dijo que no se realizarían ejecuciones mientras él estuviera en el cargo. Washington ha ejecutado a 78 personas desde 1904, todos hombres, pero nadie desde 2010.
En una declaración escrita y una serie de tweets, Inslee calificó la sentencia como “un momento muy importante en nuestra búsqueda de una aplicación equitativa y justa de la justicia”.
“El tribunal deja perfectamente claro que la pena de muerte en nuestro estado se impuso de manera” arbitraria y racialmente sesgada”, se ‘aplica de manera desigual’ y “no tiene ningún objetivo de justicia penal”, escribió Inslee.
El fallo fue en el caso de Allen Eugene Gregory, quien fue declarado culpable de violar, robar y asesinar a Geneine Harshfield, una mujer de 43 años, en 1996. Sus abogados dijeron que la pena de muerte se aplica arbitrariamente y que no se aplica proporcionalmente. , como exige la constitución del estado.
En su fallo del jueves, el tribunal no reconsideró ninguno de los argumentos de Gregory relacionados con la culpabilidad, señalando que su condena por asesinato agravado en primer grado “ya ha sido apelada y afirmada por este tribunal”.
Con información de The Guardian
