
Su muerte abre el debate entre la comunidad sobre el derecho de toda persona a salir a divertirse
El hallazgo de los cuerpos de dos mujeres en Tijuana vuelve a encender focos rojos en torno al tema de los feminicidios que tanto consterna a nuestra sociedad.
Se trata de Zamira Paredes, estudiante de criminología y de su amiga Yesenia Ontiveros Gutiérrez, de 27 y 36 años de edad respectivamente.
Ambas mujeres habían salido junto con una tercera amiga, de quien posteriormente se despidieron, a un billar y se dirigían a un bar pero en la zona del boulevard Fundadores sus familiares perdieron el rastro y la comunicación. De hecho este punto no es lejano de la colonia Obrera donde sus cuerpos fueron localizados en el interior de una camioneta abandonada durante varios días.
Su muerte abre el debate entre la comunidad sobre el derecho de toda persona a salir a divertirse y quienes consideran de alto riesgo que dos mujeres se expongan al salir de madrugada.
El hecho real es que en Tijuana y a cualquier hora, puede registrarse una privación de la libertad, un homicidio o como en este caso, un doble feminicidio, pues nuestra frontera ocupa un deshonroso segundo lugar, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el cual coloca a Ciudad Juárez en primer sitio.
Sin embargo y pese a este escenario tan adverso, en Baja California solo el 13 por ciento de las muertes violentas contra mujeres son investigadas como feminicidios.
Las cifras más recientes revelan que de 214 asesinatos contra este sector de la población cometidos en 2024, 32 fueron clasificados como feminicidios.
Las estadísticas son aún más adversas si consideramos que del inicio del 2015 al arranque de este 2025 un total de 2 mil 481 mujeres han sido privadas de la vida en Baja California, y solo 218 son catalogados desde la perspectiva de género, una cifra que no alcanza siquiera el 9 por ciento.
Hace apenas unos días, otra joven identificada como Danna Paola Blancarte fue localizada sin vida junto con su pareja, de quien la Fiscalía de Justicia informó que tenía vínculos con el crimen organizado.
Por lo general estas informaciones se traducen en que dicha muerte no será investigada y mucho menos desde el flanco del feminicidio.
Lo más probable es que las muertes de Zamira y Yesenia así como la de Danna Paola pasen a formar parte de los expedientes que acumulan polvo en un escritorio.
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