
En lo que constituye un guiño de apoyo por parte del gobierno de BC, el ex director de la Policía Municipal libra la acusación que pendía sobre su cabeza
Finalmente un juzgado exoneró al ex teniente coronel Julián Leyzaola de las acusaciones por los delitos de tortura que pesaban en su contra, interpuestos por policías municipales que en su momento denunciaron haber sido víctimas de este delito.
Cabe recordar que este caso fue lo único que impidió que el ex jefe policiaco contendiera por la candidatura a la alcaldía de Tijuana, y que hasta hace unos cuantos meses, le fuera retirada la prometida secretaría de Seguridad Pública del entrante Ayuntamiento de Tijuana, un cargo que Leyzaola ya tenía literalmente en la bolsa.
En lo que constituye un guiño de apoyo por parte del gobierno del estado de Baja California, el ex director de la Policía Municipal libra de esta forma la acusación que pendía sobre su cabeza desde que fue denunciado por delitos tan graves como son la tortura en contra de casi una treintena de oficiales a su mando.
Fue precisamente en marzo de 2009, cuando 25 policías municipales, entre ellos una mujer, eran detenidos por individuos encapuchados quienes los trasladaron al 28 Batallón de infantería.
Ahí fueron sometidos a “torturas como asfixia con bolsas de plástico, golpes en las plantas de los pies con tablas de madera, choques eléctricos en todo el cuerpo incluyendo los testículos, ahogamiento en baldes de agua y amenazas constantes de muerte”.
La orden había sido dada por el entonces director de la Policía Municipal de Tijuana, el ex teniente coronel Julián Leyzaola, quien consideraba que los elementos a su cargo tenían nexos con el crimen organizado.
Juez y parte del tema, Leyzaola Pérez operó para ampliar el plazo de arraigo y los oficiales fueron trasladados a Tepic, Nayarit, donde a falta de elementos 13 de ellos obtuvieron su libertad tras un año y cinco meses, sin indemnización o exculpación alguna, mientras que los restantes tuvieron que pasar 3 años y 6 meses detenidos. En ninguno de los casos se comprobó que fueran culpables de los delitos por los que fueron acusados.
El tema es grave porque se trata de una flagrante violación al artículo 24 a la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, por lo que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió la recomendación 87/2011 a favor de las víctimas y sus familiares, denunciando «la violación de los derechos humanos a la libertad personal, a la seguridad e integridad personal, al trato digno y a la legalidad, a la seguridad jurídica y al acceso a la justicia por hechos violatorios consistentes en detención arbitraria, retención ilegal, tortura y atentados contra la libertad sexual, por elementos del Ejército Mexicano.»
El ex jefe policiaco y militar interpuso el Juicio de amparo 347/2020-B3, ya que tanto en Baja California como en Ciudad Juárez donde también se desempeñó como titular de la Policía Municipal se le acusó de abusos contra civiles y oficiales.
El documento de la juez penal de primera instancia Ofelia Ríos Camacho, ordena que se gire “atento oficio a la Agente del Ministerio Público adscrita a este juzgado a efecto de informarle que se deja sin efecto la orden de aprehensión girada el 2 de junio de 2020 única y exclusivamente por lo que respecta a Julián Leyzaola Pérez”.
En suma, el ex militar al que finalmente se le cayó la secretaría de Seguridad Pública de Tijuana, a cambio queda libre de todo cargo de tortura por lo menos en Baja California y por lo menos si sus víctimas no interponen el recurso consiguiente, para lo cual tuvieron solo tres días.
Ahora, Julián Leyzaola podrá desplazarse tranquilamente por Baja California sin riesgo de que lo puedan detener por haber torturado a elementos policiacos, aunque el ex militar sabe bien que también torturó y trató de incriminar a civiles.
Fue el caso de un joven al que elementos municipales detuvieron en las proximidades de la UABC en Otay, donde acababa de registrarse una balacera, y quien al verse perseguido por las patrullas se dio a la fuga pues conducía bajo efectos del alcohol.
El conductor fue detenido y presentado encapuchado como uno de los partícipes de la balacera, y cuando le retiraron la capucha para que disparara un arma de fuego sobre un costal de arena -con la finalidad de implicarlo en la citada balacera-, el joven identificó al teniente coronel como la persona que le detenía la mano con el arma.
Leyzaola Pérez sabe de quien estamos hablando.