
Una búsqueda exhaustiva podría llevar a los puntos de venta, las famosas “tienditas”, a las bodegas y hasta a los narcotúneles
¿Que tienen en común dos de las colonias que colindan con la frontera entre Tijuana y California? Además de ser dos de las demarcaciones que delimitan al norte con Estados Unidos, su común denominador es el alto grado de violencia que ambas registran.
Esto afecta desde luego a los residentes de dichas colonias que pasan las noches entre balaceras y ejecuciones. También puede agregarse el riesgo que corren familias enteras, hombres y mujeres trabajadoras y niños y jóvenes estudiantes.
En colonias como estas, los comercios bajan la cortina a temprana hora mientras que los residentes se aíslan por completo y se encierran a piedra y lodo desde que oscurece hasta el amanecer, aunque ya hemos visto que en ambas áreas citadas se han registrado ejecuciones a plena luz del día.
No hay que ser magos ni adivinos para sabe que tanto la colonia Libertad como la Castillo tienen una condición especial que las hace atractivas para el trasiego de droga.
Una búsqueda exhaustiva podría llevar a los puntos de venta, las famosas “tienditas”, a las bodegas y hasta a los narcotúneles, pero por intereses directos entre las corporaciones policiacas, las dependencias a cargo de la procuración de justicia y los grupos delictivos, esta tarea no es realizada.
En un verdadero descubrimiento del hilo negro, el fiscal de homicidios de la Fiscalía General del Estado de Baja California, Miguel Ángel Gaxiola Rodríguez, anunció que las muertes en la colonia Libertad son resultado del choque entre grupos criminales.
“Vamos por las personas que ultiman y asesinan” remató, en lo que parece ser un deslinde de responsabilidades de lo que ocurra en estas colonias, en esta y en otras ciudades cuya seguridad debiera estar en manos de quienes trabajen en estas oficinas sin esperar a descubrir el agua hervida.
Si bien la labor preventiva de la Policía Municipal es fundamental, se supone que la Fiscalía trabaja para detectar y neutralizar a los generadores de violencia, pero por lo que sus mandos declaran, prefieren entrar en acción cuando estos ya están muertos que cuando están trabajando.
No olvidemos que antes de perder la vida, estos delincuentes venden muerte con cada dosis que ofrecen, y que por lo visto, a la Fiscalía de Justicia poco le interesa esta actividad delictiva y se cruza de brazos en espera de que estos individuos sean sacados de circulación por sus rivales.